sábado, 23 de agosto de 2008

Indigenas en el Perú...Situación actual



Los pueblos indígenas del Perú como la mayoría de la población del país. Debido al centralismo económico y político dominante y el consiguiente abandono histórico de las zonas rurales y la amazonía muchos de nosotros, durante las últimas décadas, nos hemos trasladado y habitamos las grandes ciudades.

La población indígena del Perú, Guatemala, México, Bolivia y Ecuador suman el 80 % de la población indígena del continente.
A pesar del proceso de exterminio y exclusión de las poblaciones indígenas conservamos aún, nuestra principal institución: La Comunidad.

Area Costa-Andina
Comunidades campesinas: 5,680
Comuneros: 717,000
Area Amazónica (población indígena amazónica )
Comunidades nativas amazónicas: 1,450
Comuneros nativos: 300,000
Pueblos étnicos: 65 (48 censados)



¿Cómo estamos?
Pobreza
El 77.4 % de las comunidades están en los departamentos más pobres del país.
En el área rural de la selva el 74 % de la población vive en pobreza y más de la mitad en pobreza extrema.

Mortalidad
El promedio nacional de la tasa de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos es 48, pero en el área rural alcanza 90 por cada mil nacidos vivos. En las poblaciones amazónicas alcanza entre 99 y 153 por mil nacidos vivos.

Analfabetismo
Mientras que el promedio nacional es 13 % en la población indígena amazónica es 33 %.



¿De dónde venimos?
Los arqueólogos registran presencia humana desde hace 20 mil años. Los pueblos indígenas actuales somos resultado de un proceso civilizatorio de más de 5 mil años. Hemos dado vida a grandes culturas cuya más alta expresión fue la Confederación Autonómica Pan Andina o Tawantinsuyo, resultado de un desarrollo Autónomo multinacional.

La conquista española significó un genocidio, una masacre étnica. No hubo encuentro ni diálogo entre dos mundos.

A pesar de estos 500 años de oprobio y exterminio no han podido destruirnos y nunca podrán hacerlos.

¿Hacia dónde vamos?
Aspiramos a un modelo de desarrollo sostenible, solidario, ecológico que proteja la biodiversidad natural y cultural. Deseamos un Estado plurinacional, multiétnico, multilingüe y pluricultural, que respete e integre de manera horizontal a los diversos pueblos indígenas que habitan en el territorio del Perú y les garantice condiciones equitativas para su desarrollo autónomo a través de un intercambio justo.





Situación de los derechos de los Pueblos Indígenas
Informe Anual 1998 de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos - CNDH

Además de los poblemas de discriminación que sufren los pueblos indígenas (...) se precisan a continuación algunos asuntos particulares:
Derecho de tierras y al territorio
La situación actual de los pueblos indígeas es crítica. Numerosos agentes externos como la migración, el narcotráfico,la subversión, la presencia de las fuerzas armadas y la colonización representan una grave agresión a su cultura y sus formas tradicionales de vida.

En la actualidad existen cerca de 300 comunidades nativas que no están reconocidas ni tienen titulo de propiedad y 3,431 comunidades campesinas que carecen del respaldo sobre sus tierras tradicionales.

El actual marco legal no brinda garantías para la seguridad efectiva y estabilidad juridica de las tierras y los territorios indígenas, a pesar de que el Convenio 169 de la OIT establece la necesidad de una legislación especial para el tratamiento de la problemática relacionada a la tierra. La reducción del tratamiento de las tierras indígenas al régimen común, vía el Código Civil, expone a las tierras indígenas y a la posible extinción como pueblo. Sólo en los ultimos 50 años se han extinguido o desaparecido fisica o culturalmente 11 grupos étnicos y otros están en peligro de extinguirse.

Preocupa la situación de alta seguridad jurídica de diversos pueblos indígenas, incluyendo grupos no contactados o aislados que no habitan en áreas naturales protegidas no tituladas. Es el caso de los Machiguengas en el Parque Nacional del Manú y los Cocama Cocamilla en la Reserva Nacional Pacaya Samiria.

Cientos de comunidades nativas no pueden inscribir sus títulos en los Registros Públicos por no contar con planos ni memorias descriptivas y por la demora del Ministerio de Agricultura para acceder a dichos documentos, agravando aún más su situación al no poder interponer reclamos por violaciones a sus tierras y territorios por agentes externos.

Explotación de los recursos naturales en la Amazonía peruana
Uno de los problemas presentes en la Amazonía es la sobreexplotación de los recursos naturales ubicados en los territorios indígenas, así como la extracción desmesurada de materias primas.

La presencia de empresas madereras y petroleras en la Amazonía ocasiona un grave deterioro en el medio ambiente y muchas veces pone en peligro la supervivencia de estos pueblos.

Derecho Consuetudinario
Los pueblos indígenas atraviesan una situación de vulnerabilidad y de indefensión jurídica frente a la sociedad. De un lado, su acceso al sistema de administración de justicia nacional es precario, en muchos casos existente; de otro lado, se desconoce y niega desde la sociedad el reconocimiento a una forma de administrar justicia propia como un derecho especial fundamentado en el marco de la propia cultura.

En la práctica es frecuente ver el conflicto entre el derecho positivo y el derecho consuetudinario, reconocido constitucionalmente; y cómo afecta los derechos humanos de los pueblos indígenas. Uno de los problemas más frecuentes es que cuando los indígenas son procesados por la justicia formal, las autoridades judiciales desatienden sus derechos, por ejemplo, a utilizar interpretes en su idioma y aplicar sus normas y costumbres de acuerdo con el artículo 15 del Código Penal y el Convenio 169, entre otros.

En los ultimos años se incrementó el número de indígenas procesados por diversos delitos sin tener en cuenta sus costumbres. El poder judicial debe reconocer las costumbres de los pueblos indígenas y tenerlas en cuenta al momento de imponer las sanciones. Cuando un pueblo ha perdido la vigencia de su derecho tradicional, ha perdido tambien parte de su identidad étnica, su identidad como pueblo.

Es necesario que se reglamente el articulo 149 de la Constitución, que reconoce la jurisdicción especial, y que establezca los niveles de coordinación con los juzgados de paz y las demás instancias del Poder Judicial.
Derecho a la participación y consulta de los pueblos indígenas

En los útimos tiempos acudimos en el Perú a un importante proceso de consolidación de las organizaciones indígenas; por tanto, las demandas han cobrado mayor fuerza y solidaridad. Una característica del proceso de fortalecimiento es la transformación de aspiraciones y reclamos de los pueblos indigenas en aras de que les sean reconocido sus derechos originarios muchas veces no contempladosde manera explícita en la legislación nacional.

Es una exigencia de los pueblos indígenas participar en el proceso de desarrollo de la Amazonía. Ellos están en capacidad de aportar su valiosa contribución al desarrollo del país. Además, el derecho de ser consultados y de participar en los planes y proyectos que ejecute el Estado en todo lo que les concierne o afecte, está contemplado en el Convenio 169 de la OIT ratificado por el gobierno peruano.

En la actualidad hay dos proyecto de Ley Indígena en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso. Es importante la consulta a las organizaciones regionales y nacionales que representan a los pueblos indígenas, así como su participación en la elaboración de las propuestas.

Es necesario poner énfasis en la cuestión social y en la problemática de derechos humanos de los pueblos indígenas. Es esencial reforzar el cotidiano esfuerzo por superar el tratamiento discriminatorio del que regularmente son objeto, reconociendo y defendiendo su calidad de sujetos de derechos, y de titulares de derechos específicos.

Es preciso destacar que la Ley de Promoción de la Inversión en la Amazonía Peruana, promulgada el 30 de diciembre, no reconoce las expectativas de los pueblos indígenas de participar en el desarrollo del país Es una ley que se basa en la inversión privada; brinda facilidades tributarias y tiene como protagonista al empresariado.

Recomendaciones
Se debe promulgar una Ley Indígena que regule los derechos individuales de las personas indígenas y de los pueblos indígenas, orientada a garantizar su existencia social y cultural, la defensa de su patrimonio y sus tradiciones, la mejora de sus condiciones de vida y su participación en el desarrollo del país.

Se debe establecer los procedimientos apropiados para asegurar un proceso de consulta y participación de los pueblos indígenas en los proyectos y planes de desarrollo que puedan afectarlos, dando cumplimiento a lo dispuesto en el Convenio 169 de la OIT.

Se debe dar una ley que establezca formas de coordinación entre la Jurisdicción Especial Comunal y los juzgados de Paz, y demas instancias del Poder Judicial, de conformidad con lo establecido en el articulo 149 de la Constitución Política y el artículo 6 del Convenio 169 de la OIT



INDÍGENAS EN PERÚ: NO SOMOS TERRORISTAS SOMOS PUEBLOS“No somos terroristas, somos pueblo, pueblos indígenas que reclamamos nuestros derechos” dice un dirigente indígena amazónico, mientras otros gritan que la “tierra no se vende”, en una de las movilizaciones que en el marco del paro amazónico vienen realizando desde el 9 de agosto los pueblos indígenas, Wampis, Awajun y Shibibo, Machiguengas, Ashaninkas, Llanezas, Yine-Yami, Kakintes, entre otros.
Luego de múltiples esfuerzos por ser escuchados, los pueblos indígenas tomaron esta medida de fuerza como única vía para que los ojos del país y del gobierno se vuelvan hacia ellos y poder tener espacios para dar cuenta de sus propuestas y sus reivindicaciones.
Como en todas las regiones del país, las voces de los pueblos indígenas no tienen eco en la gran Lima sorda y ciega a la realidad del interior del país. Entonces como bien lo señala Rodrigo Montoya, luego de la lección aprendida con la rebelión de Moquegua, se toman las carreteras, se paralizan hidroeléctricas, se cierran estaciones que bombean el crudo, medidas que también afectan a los mismos pueblos indígenas, pero que serán transitorias en comparación con el impacto profundo que tendrían en su vida la aplicación de los decretos legislativos que originaron esta medida, que además de inconsultos podrían incluso ponerlos en riesgo de desaparecer.
El pronunciamiento de los pueblos Awajún-Wampís y mestizos de la provincia de Condorcanqui e Imaza Bagua, Amazonas, expresa claramente la razón y las exigencias de la protesta indígena al señalar: “Ante estas medidas violatorias de los derechos fundamentales, exige al Gobierno Peruano, abstenerse de estar vulnerando nuestro derechos Territoriales derogando los Decretos legislativos: 1015, 1073,1064, 994, 1020, 1081 y 1090, y archivando los cinco Proyectos de Ley: 840, 1770,1900,1992 y 2133, normas de orden económico que cambian el sistema de protección indígena, exponiendo de esta manera a nuestro territorio a ser vendido y comprado como cualquier bien material, hecho que a nosotros pueblos originarios de la selva nos indigna enormemente, puesto que, para nosotros la tierra es nuestra madre, es sagrada, porque se trata de nuestra vida, de nuestra existencia como pueblo.”

Es la vida y el futuro de los pueblos indígenas lo que está en juego en estas normas, y es la defensa de la vida de todos y todas, no sólo de sus pueblos, lo que está detrás de estas manifestaciones y eso debe ser comprendido y conocido. Mientras tanto, la mayoría de la prensa en Lima, y algunos de sus periodistas, impulsan una matriz comunicacional dirigida a exacerbar la imagen negativa que sobre los indígenas en general y los amazónicos en particular tiene la sociedad. Los salvajes, a los que hay que temer, los que comprometen el futuro del país al poner en riesgo las principales fuentes de ingreso, los perros de hortelano. Tenemos entonces las imágenes de sus rostros pintados, de sus largas lanzas de madera, de sus flechas, de su disposición al “ataque”. Nos preguntamos qué posibilidad tendrán con esas “armas” frente a las que portan las fuerzas de seguridad, que gracias a otro decreto podrían disparar a matar, más aun ahora que se ha roto el diálogo. Es por tanto necesario que todas las instituciones que garantizan y promueven los derechos humanos en el país estén alertas.
Los indígenas amazónicos han sido a lo largo de la historia los principales cuidadores del bosque, de los ríos, de la diversidad, un bien que es de todo el país y del mundo, “Amazonía pulmón de la humanidad” suele decirse orgullosamente.

Ese esfuerzo le ha significado muertes y enfermedades, cuando las políticas impulsadas han facilitado la colonización y la extracción indiscriminada de los recursos naturales, como si ellos no existieran. Ellos y ellas han sido invisibles para los diferentes gobiernos, y ahora han dicho basta, y lo hacen si bien con arcos y flechas, y con sus rostros pintados -precisamente para ser vistos - lo hacen levantando sus voces para decirnos que existen.

Lo hacen con propuestas, lo hacen reclamando sus derechos plenos como ciudadanos y ciudadanas del Perú, lo hacen proponiendo el diálogo, el diálogo con decidores, no sólo con mensajeros sin capacidad de decisión.

La protesta indígena es un gran reto para la democracia, pues coloca en el escenario político nuevos actores, que aunque de eso no se hable mucho en la prensa nacional, tienen propuestas de desarrollo diferentes a las que actualmente se impulsan, propuestas que apuestan por la vida de las futuras generaciones indígenas y no indígenas, y que deberían ser escuchadas, reflexionadas, tomadas en cuenta, si queremos un país de ciudadanos y ciudadanas y no de súbditos de las grandes trasnacionales, un país en donde las nuevas generaciones tengan posibilidad de alcanzar el buen vivir, un país en donde todas las personas y grupos humanos sean visibles, sean incluidos con sus propuestas, modos de vida y diversidad. ¿Estará el país a la altura de este nuevo reto?



Indígenas de Perú contra las petroleras
Informes no confirmados señalan que un equipo de trabajadores que realizaba exploraciones petrolíferas en la profundidad del Amazonas peruano, habría encontrado una aldea perteneciente a un pueblo indígena que previamente no había sido contactado.

Los trabajadores de la compañía canadiense Petrolífera se encontraron, supuestamente, con casas, senderos y utensilios. De ser cierta esta información, se trataría de indígenas cacataibo.
Dos grupos de indígenas cacataibo aún no han sido contactados , a pesar de que una carretera divide su territorio en dos, y de que su tierra ha sido abierta a la exploración petrolífera por parte del Gobierno.

Tanto los indígenas como los trabajadores de la petrolera podrían sufrir graves consecuencias por este encuentro: los indígenas podrían contraer enfermedades potencialmente mortales para ellos, como la gripe, y los trabajadores correr el peligro real de represalias por parte de los indígenas, cuya presencia podría ser considerada como una amenaza para ellos.

Organizaciones indígenas locales, Survival International y muchas otras, han advertido a las compañías petroleras que trabajan en el Amazonas peruano que se mantengan fuera de los territorios de los indígenas aislados. Tan sólo en Perú, hay al menos 15 grupos de pueblos indígenas aislados.

El director de Survival International, Stephen Corry, declaró: "De ser ciertos estos informes, la situación es realmente preocupante. Pero al margen de que lo sean o no, esta tierra pertenece a los pueblos indígenas; así lo dice la ONU, así lo dice el Derecho Internacional, y la ley peruana lo ratifica. El hecho de que los indígenas sean aislados no merma sus derechos. La compañía está invadiendo la tierra de los cacataibo, y será responsable de las consecuencias."



Indígenas obtienen victoria tras intensas movilizaciones en Perú
El miércoles, las protestas que habían comenzado miembros de 65 tribus indígenas en Perú el 9 de agosto tuvieron su fin, cuando una comisión del Parlamento peruano decidió atender sus principales reclamos.

Durante días, los indígenas habían reclamado fundamentalmente que se derogaran los decretos 1015 y 1073, que fueron aprobados por el Poder Ejecutivo en base a las facultades extraordinarias que le fueron concedidas por el Parlamento, en el marco de la implementación del cuestionado Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Los decretos promovían la inversión privada en territorios indígenas, y reducían considerablemente el porcentaje de votos necesarios para que las comunidades originarias y campesinas decidieran sobre el uso a dar a sus tierras. Esto fue tomado con sumo rechazo por parte de las comunidades, que afirmaron que la decisión establecida en los decretos se había tomado en forma inconsulta, y que buscaba entregar sus tierras a trasnacionales petroleras, mineras y forestales.

Por ello, como forma de protesta los indígenas se movilizaron y tomaron una central hidroeléctrica, plataformas de perforación de gas de la empresa Pluspetrol, y cercaron un oleoducto de la estatal Petroperú. A esto el gobierno peruano respondió sobrevolando las zonas en las que se registraban las mayores protestas, movilizando cientos de efectivos, y declarando el estado de emergencia en las provincias de Bagua, Utcubamba, Datem del Marañón, Loreto y Cusco, autorizando así la intervención militar para “garantizar el orden público”.

Finalmente, en la madrugada del miércoles se conoció la decisión que las comunidades habían estado esperando, cuando la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Parlamento anunció que derogaba los cuestionados decretos.

Poco tiempo después, se difundía la noticia de que los indígenas habían decidido poner fin a las movilizaciones, en el entendido de que se habían escuchado sus demandas.

La nota discordante la dio el presidente peruano Alan García, quien no compartió la opinión positiva de las comunidades, y emitió un mensaje por televisión en el que calificaba a la derogación de los decretos como “un gravísimo error histórico”, reafirmando que lo que el gobierno buscaba era que los indígenas “pudieran asociarse con las empresas”.



Y para que conozcan un poco más del Perú...Mitos y leyendas
La Yacumama: Tradición, mito o leyenda son los relatos que desde tiempos inmemoriables van de boca en boca entre los habitantes de la selva, estremeciéndolos de pavor, especialmente en las noches de luna cuando un abuelo los cuenta. En lo profundo de un bosque impenetrable por su exuberante vegetación, había un lago muy poco conocido por los que vivían en las proximidades de ese lugar. Simulaba ser sumamente tranquilo, apacible, en suma, un remanso de paz; pero, lamentablemente era lo contrario. Así lo aseveraban quienes habían llegado a él, pues sabían que tenía "madre" y que ella celosamente cuidaba ese lugar, persiguiendo sin piedad al que por desgracia se atrevía a pescar en sus aguas.

Así llegó cierto día un pescador que siguiendo el curso de un riachuelo desembocó en el; desde el primer momento que lo vio, se sintió feliz porque creía que era el primero en llegar y pensó: al fin podré realizar una "pesca milagrosa" en esta laguna olvidada, que debe estar llena de peces. Infelizmente no fue así; al penetrar en el lago, lo primero que hizo fue ubicar un lugar para arrojar su tarrafa y aunque se sentía intrigado por el movimiento del agua, siguió remando confiado; pero el vaivén continuo de su canoa, siguió preocupándole hasta que sintió que algo salía del fondo del lago. Rápidamente volvió para averiguar que era eso, y vio una terrible cabeza, suspendida a casi un metro de altura sobre la superficie del agua moviendo su monstruosa figura de orejas paradas y sacando su lengua puntiaguda.

Inmediatamente dio vuelta su canoa, metió su remo con fuerza hasta el fondo del agua para impulsarse mejor y en esos instantes apremiantes para colmo de males, notó que las plantas de la orilla venían a su encuentro, cerrándole el pase como si obedecieran a no se qué designio; terriblemente asustado, giró su cabeza para ver que ocurría con la fiera y comprobó que ella le perseguía a toda velocidad. En ese momento, aterrorizado levantó sus ojos al cielo y clamó ayuda al Dios Todopoderoso, convencido que él no podía hacer nada para librarse con vida de ese monstruo lacustre. Y realmente, el Señor escuchó su súplica, porque inexplicablemente cayeron al lago cuatro sachavacas peleando y mordiéndose como fieras, produciendo un tremendo ruido. Ese terrible estruendo asustó a esa serpiente, que no era otra cosa que la terrible Yacumama, que velozmente se sumergió en su lago.

Incomprensiblemente, las plantas acuáticas también volvieron a su posición inicial y todo quedó en calma, pues hasta las sachavacas se escaparon viendo a la horrible Yacumama. El pescador que advertía estupefacto todo cuanto sucedía. No quiso perder un segundo más, y se alejó de este fatídico lago, antes que la Yacumama le cerrara el paso nuevamente.

Lamentablemente no llevó ni un solo pez, porque "la madre" de esa laguna no quiso regalarle sus pacos, sardinas, sábalos, bujurquis, lizas y gamitanas. AI respecto, se cuenta que cuando alguna persona común se acerca a las orillas y penetra a esos lagos encantados, se desata sorpresivamente una tormenta infernal que hace zozobrar la embarcación y la persona se ahoga irremediablemente. La Runamula Cuando no hay luna y la noche sin estrellas provoca miedo al más valiente. Cuando el ruego de los mecheros tiembla agitado por la brisa que estrella silbidos contra los techos de hojas de shebón, cuando los zancudos flojean buscando su diario alimento; cuando el sabio Urcututu llora tristezas ajenas y el Maquía murmura oraciones inventadas quien sabe si por Dios o el diablo, entonces una furtiva sombra cruza las calles, rozando levemente el suelo con sus pies descalzos. Busca la Iglesia cuya cruz blanquea en la oscuridad.

Una puerta se abre y la sombra entra a la parroquia. Entonces, el Urcututu, cuyos ojos ven el destino, vuela hacia el Campanario y ora largamente. De repente, otra sombra cruza la plazoleta, casi arrastrándose entre las pomarrosas, mientras se abre una ventana. Compadre por aquí, y la sombra recta como una serpiente por la pared de madera. Comadre ¿y dónde está él?, hablan bajito. Se fue a chapanear. Entonces el Urcututu, que todo lo ve, se posa en la pomarrosa más alta de la Plaza y llora su agorero canto. El miedo se apodera de los que duermen cuando se oye un relincho cerca de la Iglesia. Calla, le dice Joshé a la mujer que está desvistiéndose, el cura y la Pirica están saliendo. Salen a galope, hacia la trocha de la orilla del rió, una hermosa yegua negra, un blanco jinete. La Pirica, hermosa morena beata que todos los días reza, y el cura que la confiesa, un español colorado, van juntos en el pecado. De pronto, otro galope alborota la Plazoleta. Es la Mañuca con su compadre Teocho. Dice: Joshé, recia yegua negra, jineteada por un bulto negro, que brinca locamente sobre los matorrales. Ven aquí y deja a las ronamulas en paz, dice la mujer, apretando sus labios rojos, carnosos, sensuales. Y mientras Joshé, completamente desnudo, entra al mosquitero, siente muy cerca la fragancia de las blancas y duras carnes de su comadre Teresa Poiquiñas. Sonríe excitado. Entonces el Urcututu, pájaro de la noche que todo lo sabe, posándose en el techo de esa casa, llora, larga, burlonamente Los Diablos del Monte Don Lobo, un experto montaraz, iba casi a diario cazar Huanganas en un monte lejano y solitario. En la búsqueda de los cerdos salvajes, encontró un día, un bosque de wicungos con sus frutos ya maduros, frutos que son el alimento predilecto de estos animales salvajes. Los recogió pacientemente y llenó su bolsa de chambira. En el suelo, quedaban aún las frescas pisadas de las Huanganas. (Son de una gran manada), se dijo a sí mismo don Lobo. Esa información fue suficiente para él y retornó a su casa contento de su suerte. Al día siguiente regresó al mismo lugar para levantar una barbacoa, una especie de altillo, desde donde dispararía a sus presas. Como era un experto, no tardó demasiado tiempo en construir la barbacoa. Sacó sus pertrechos de caza. Sus cartuchos envueltos en un plástico, su infaltable cigarro siricaypi y su linterna de cuatro pilas. Su cuchillo nuevo de cocina brillaba en lo alto. Después de regar los wicungos debajo del árbol, el montaraz se subió a la barbacoa y templó rápidamente su mosquitero viendo que los zancudos aparecían por miles. Y antes de entrar a refugiarse de los insectos frotó su cuerpo con unas hierbas hediondas, para que los animales no sientan su presencia. Y mientras esperaba la llegada de la manada de Huanganas, pensó: “Si vienen cien Huanganas en la manada, trataría de matar sólo cincuenta", se decía emocionado, pero los cerdos no llegaban, y seguía hablándose a sí mismo: “con cincuenta tengo para sacar quinientos soles, si es que me pagan a diez cada una. Más las pieles, que los venda a tres soles nomás, son ciento cincuenta, sumando obtendría seiscientos cincuenta, hasta les podría hacer una rebajíta..." Sacando sus cuentas, el montaraz, ocupaba su mente en la soledad del monte. Pero, los animales no aparecían y la noche avanzaba, felizmente para don Lobo la luna alumbraba el bosque con su luz amarilla y en los claros era fácil distinguir a cualquier animal. De pronto, comenzó a percibir el griterío de los animales. “¡Ya vienen!", se alegró el montaraz.

Inmediatamente preparó su arma. Cargó su linterna con las pilas nuevas que había comprado en la bodega, y por una rendija del mosquitero, con el cañón del arma hacia afuera, espiaba atento cualquier movimiento. Repentinamente los gritos se alejaron, al parecer, las Huanganas habían elegido otro wicungal ese día. Al poco rato, le sobrevino un sueño al cazador, y para no dormirse encendió su cigarro. Y ocupó su mente otra vez para no caer en los brazos de Morfeo. “Con la plata de la venta, me compraré dos pashnas preñadas. Que nazcan, pues, seis de cada parto, tendría doce, más las dos madres, tendría catorce. Cuando crezcan y se empreñen, nacerán..." A las doce de la noche, cuando cabeceaba de cansancio, unos gritos extraños le despertaron. El sabía que las voces no eran de las Huanganas, ni de los Sajinos, era ya muy tarde para que sean ellos, por eso prestó mayor atención.

Después de unos minutos vio, que por el camino de los cerdos, se acercaban hacia él varios hombres, humanos como nosotros, vestidos de negro y con el rostro cubierto hasta la nariz por un trapo rojo. Se sentaron debajo del altillo. Prendieron sus lámparas y sobre una mesa improvisada comenzaron a jugar a las cartas. Apostaban bastante dinero. Jugaban con monedas que brillaban como si fueran de oro. Don Lobo, un hombre que no le tenía miedo al monte, ahora sí que empezaba a asustarse. Pero, lo que le daba valor era que los extraños no se habían dado cuenta de su presencia. Terminado el juego se entretuvo escuchando durante horas algunas historias de cómo esos hombres se habían perdido en la inhóspita selva. Contaban, con lujo de detalles, lo que les había pasado. Uno de ellos contó que encontró en su camino a un hombre que le hizo perder en el bosque con mentiras de encontrar mejor caza en la falda de un cerro. Otro contó que una manada de tigres negros comenzaron a perseguirle día y noche, pero que, aparentemente no le querían comer, sino asustar. El montaraz, que ya estaba a punto de dormirse cuando llegaron los diablos, se despertó del todo al oír una historia que le impresionó, dijo el hombre, que regresando de mantear, sus perros lo desconocieron y comenzaron a ladrarle como si fuera un extraño. Dijo que trató de conquistarles con caricias, pero los canes no permitían que se acerque. Entonces no tuvo más remedio que hacer uso de su arma y matarlos. Y al rato, después de estar muertos, los perros se levantaron, y así heridos le perseguían todo rabiosos, y cuando le alcanzaban le desgarraban las piernas a mordiscones: Entonces, para escapar de los sanguinarios perros se trepó a un árbol en donde esperó la noche, y se salvó de los malditos canes cuando, por arte de magia, desaparecieron al ver que unos hombres vestidos de negro llegaban a jugar las cartas. Don Lobo, ahora sí que estaba aterrorizado, pero, aún pensaba. Al notar que el aguardiente se les había terminado a los shapshicos, lanzó un chorro de orina haciendo caer sobre la mesa de juego.

¡Vino del cielo!.......¡Vino del cielo! - gritaban alegres los diablos. . Y agarrando sus vasos trataban de embocar en el cañito. Los hombres. de negro se disputaban el líquido que luego tomaban saboreándolo y como estaban borrachos ya no distinguían los sabores. Al llegar la madrugada, los diablos se despidieron citándose para la próxima semana. Don Lobo, aún desconfiado, se bajó de la barbacoa con la esperanza de que a alguien se le hubiere caído, por lo menos una monedita. Su sorpresa fue muy grande, debajo del árbol no había quedado ninguna huella de gente extraña. Entonces el montaraz regresó a su casa preocupado. Y antes que lIegara a sus linderos sus perros comenzaron a ladrarle y a morderle las piernas como si no le conocieran. Entonces don Lobo no tuvo más remedio que matarlos y regresarse al monte. El Hechizo de la Lupuna En el pueblo escuchamos hablar de la Lupuna colorada. y queríamos conocerla, sabíamos que era un árbol frecuentado por malvados hechiceros.

Entonces nos internamos en el bosque por una senda oculta tapizada por hojarascas húmedas. Ibamos saltando de tronco en tronco para no pisar las espinas de las ñejillas. Sus finas espinas regadas por todas partes retardaban nuestra penosa caminata. Encontramos palmeras despojadas de sus hojas maduras y árboles derramando su savia de llanto como mudos testigos que mucha gente transitaban esta selva. Serpientes asustadas se deslizaban al sentir nuestra presencia, Iguanas verdes y camaleones que cambiaban de color, nos miraban sorprendidos, pero sin atreverse a dar un paso. El calor sofocante y la humedad del bosque nos hacían sudar a chorros. Y de pronto, debajo de la sombra del cormiñón frondoso, un alivio intenso con el aire fresco. Después de horas de andar, avistamos la sobresaliente copa de la Lupuna colorada. Pero, no estaba tan cerca como pensamos. Tuvimos que caminar unas horas más. Finalmente, el gigante árbol colorado con su característico tallo ventrudo estaba al frente de nosotros. Vientre anormal en los árboles. Impresionante barriga, presto a reventar con su savia si la abundancia se lo permitiera. En la Lupuna colorada no había nadie, ni vivos ni espíritus. Nos llamó la atención los cortes perfectos de hábiles bisturíes en su grueso tallo. Al parecer, alguien desollaba su corteza para extraerle algún misterio. Habíamos escuchado que en los ratos solitarios y de sepulcral silencio, un brujo experto en atar y desatar conjuros la visitaba a menudo. Dicen que espera que en el bosque no haya visita alguna para que prepare, al pie del árbol, su mate espeso con la soga de la borrachera. Luego, toma un tazón con el brebaje amargo y comienza su rito acompañado de cánticos nasales. Da vueltas sobre sí siguiendo un círculo imaginario alrededor de la Lupuna. Hace ademanes con la mano levantada implorando al árbol que le dé favores. Y de rato en rato, lanza quejidos, como si se tratara de algún animal herido, y llama la atención, el silbido de serpiente que emite cuando entra en trance. Cuando el brujo está seguro que la Lupuna le dará el favor, saca de su bolsa una prenda de la víctima, le dobla con sumo cuidado, le escupe una flema verdosa, y tambaleante se acerca al vientre del árbol, y blandiendo su machete le da un corte perfecto que abre la dura corteza, y en la entraña de la Lupuna esconde la ropa del infortunado que desde ese momento comienza a tener sus días ya contados. Pronto, el hechizo surte su efecto, la víctima, hombre o mujer sana, empieza a hincharse, especialmente el vientre. Y creyendo haber subido de peso, nadie repara en el mal, sino después, cuando ya no hay remedio para el enfermo. Regresamos impresionados después de conocer de cerca a la Lupuna colorada, y en el camino nos encontramos con don Shanti, un brujo conocido. Y después de haber estado en el antro de la maldad, molesto le dije:

- Hola don Shanti, dicen que a cada rato te vas a la Lupuna, a qué pues te vas? - Me voy a castigar el desamor, la infidelidad, el engaño. Me estoy yendo a hacerle un trabajito a mi sobrina. A la pobre, su novio le abandonó el día de su boda. Eso yo no perdono. Para mí es una burla. Acá en la tierra pagamos nuestros errores y yo les hago pagar a los desgraciados. Después de haber escuchado su disertación sobre el bien y el mal, y antes que se moleste, nos despedimos del vengativo brujo.

Personajes Místicos
CHULLACHAQUI: Es un pequeño demonio capaz de transfigurarse en cualquier humano o animal silvestre, está caracterizado por tener pies desigual, un lado humano y otro de caprino. Se encuentra en la espesura del bosque como falso guía para extraviar a los caminantes, modula voces familiares, rumores y gritos de la sinfonía selvática.

YACURUNA: Hombre del agua que sale a la superficie para raptar a las mujeres de su agrado y llevarlas a convivir en las profundidades de los ríos. Se le describe como un ser humano pero con la cara hacia atrás. YARA: Sirena que vive en las profundidades de los ríos y lagos de la selva, es una demonia que atrae a los hombres y se les lleva a convivir. Es descrita como una bella mujer de formas perfectas, cabellos rubios, ojos azules y piel de nácar.

RUNA MULA: Simboliza el adulterio, la dama seducida por un amor prohibido se transfigura en una yegua silvestre cabalgada por un jinete cruel que le castiga arrancándole relinchos estridentes. Hace su aparición en las noches oscuras como una alerta a los confiados maridos contra la infidelidad, los alaridos de la bestia agitan y sacuden la conciencia de las adúlteras reviven los celos de los maridos burlados generando sentimientos de venganza.

AYAYMAMA:Llanto de hijos abandonados en el bosque por la pobreza de sus padres. El espanto, hambre, desamparo determinaron la muerte de los niños cuyos quejidos agónicos tomaron cuerpo de un pajarillo planillero que perpetua en la selva el llanto de esas criaturas diciendo ayay mama, lanza sus trinos llorones en las noches de luna con una expresión doliente, conmovedora casi humana, le describen como un pajarillo diminuto parduzco y de pecho prominente.

EL BUFEO: Es el delfín del río, existen hasta tres clases: colorado, plomizo y negro. Son mamíferos, de respiración pulmonar, disparan choros de agua cuando salen a respirar. El más grande es el colorado que llega a medir hasta cuatro metros. Es una limento inofensivo que se alimenta de peces, no es comestible y solo se aprovecha su manteca con fines brujeriles o medicinales

FOTOS:













Fuente:
http://www.radiomundoreal.fm/rmr/?q=es/node/26134

http://blogs.que.es/23700/2008/2/14/indigenas-peru-contra-petroleras

http://www.chirapaq.org.pe/htm/quienset.htm

http://webserver.rcp.net.pe/convenios/coppip/CNDH.htm

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